domingo, 5 de octubre de 2008

JeRuSaLeM


Durante siglos, el territorio donde hoy se encuentra Israel ha sido disputado por tres religiones: la Judia, la Cristiana y el musulmana, ya que parte de su fe es conferida al carácter sagrado de este territorio y más aun cuando Jerusalén, capital de este país, es considerada cuidad santa y residen en ella símbolos religiosos tradicionales de cada una de ellas.

Éstas religiones basan sus creencias en murallas de piedra, en edificios de cemento y oro, que lo sólo bloquean sus mentes en vez de dejarlos fluir espiritualmente; los encajan, los reprimen, los cierran a una sola verdad. A través de la historia símbolos míticos como el Santo Grial, el Muro de los Lamentos o la mezquita de Al-Askari, los han hecho crear a su alrededor una atmósfera radical que los lleva a matar, y es así como creer de esta forma en una religión, se puede convertir en una decisión peligrosa en vez de ser un purificador de almas.