miércoles, 8 de octubre de 2008

Cali: ciudad de monumentos

Hoy en día cuando el hombre vive en la mediación entre el futuro, la tecnología y el modernismo, y lo arraigado de su moralismo y su ética y mas aun cuando al hombre se le vuelve una tarea apoteósica descubrirse así mismo, la ciudad se convierte en un tejido de configuración donde el hombre deja todo control de su existencia a ella.

Los recorridos que el hombre hace por la ciudad son los recorridos que hace por el mismo, de esta forma cuando la descubre a ella se descubre así mismo; entonces, la ciudad se traduce como un sujeto que envuelve al individuo influyendo en la forma en la el hombre asume su existencia y de la identidad de su sociedad.

Es así como cada estructura de la ciudad y cada comportamiento de ella, hace también parte de la estructura y comportamiento del hombre, y en aquellas ciudades en donde lo religioso se funde con la arquitectura de la cuidad y donde esta simbología inunda la cuidad, el hombre también se inunda por ella.

Pero esta fundición entre el hombre y la simbología religiosa de la cuidad debe tener alguna repercusión en la identidad de este hombre y por consiguiente de su sociedad.

Cuando vemos una ciudad en la que al voltear por cada esquina se encuentra una Iglesia, cuando al mirar las montañas referenciamos tres cruces, y como benefactor se tiene anclado en un cerro como vigía de la cuidad un Cristo, nos encontramos en Cali, una ciudad que en la rumba y la belleza de sus mujeres parece descubrirse desde las tres cruces.

El hombre y las religiones



Desde sus orígenes, el ser humano ha tenido la necesidad de creer en una fuerza animal, terrenal, astral o divina superior a él; que pudiera de una u otra forma influenciar su existencia, es decir, que no sólo explicara la creación del universo sino la del hombre mismo y su sentido de orientación en la vida.

Es así cómo el ser humano ha establecido las religiones como la forma organizada en la que una comunidad establece el reconocimiento de lo sobrenatural y lo divino y las expresiones de amor, miedo o respecto hacia ellos.

Con el desarrollo de la civilizaciones y el surgimiento de las ciudades se ha observado como, estas se han convertido en el lienzo donde las sociedades han plasmado su religiosidad, como estandartes y banderas que caracterizan a sus ciudades y que finalmente hablan donde ellos mismos.