jueves, 16 de octubre de 2008

Cali, una cuidad con una tradicion religiosa fanatica y fundamental

En Cali la religión que mas se profesa es el catolicismo, seguida por el cristianismo y el judaísmo, las tres religiones que yacen y se fundan En el simbolismo de fe.
Éstas religiones basan sus creencias en murallas de piedra, en edificios de cemento y oro, que lo sólo bloquean sus mentes en vez de dejarlos fluir espiritualmente; los encajan, los reprimen, los cierran a una sola verdad. A través de la historia símbolos míticos como el Santo Grial, el Muro de los Lamentos o la mezquita de Al-Askari, los han hecho crear a su alrededor una atmósfera radical que los lleva a matar, y es así como creer de esta forma en una religión, se puede convertir en una decisión peligrosa en vez de ser un purificador de almas.
En las tres religiones Abrahámicas (judaísmo, Islamismo y cristianismo), se ve esta mentalidad repetitiva de componer todo, de venir a arreglar al mundo, una idea en la que sólo una persona tiene la verdad revelada de Dios y debe compartirla con los demás para que éstos sepan como deben vivir. Tanto en judíos, cristianos y musulmanes hay una creencia de supremacía que les da el derecho para decidir si una sociedad está bien o mal e ir a corregirla, sin darse cuenta que tal vez el equivocado sea otro o permitirse, aunque suene difícil, pensar que relativamente cada quien tiene su verdad, que está bien como está y que vive la vida como debería vivirla.

Aparte de nacer bajo un mismo cielo, las tres religiones de Jerusalén, son “religiones de libro” y han peleado por hacer prevalecer los mensajes de una sobre las demás. Y digo “religiones de libro”, porque los judíos tienen la Torah, los católicos la Biblia y los musulmanes el Corán todos libros fundacionales, en los que las tres “han conferido a ese libro un carácter eterno, sobrenatural y conservan en él unos preceptos y una fe”[1]. Al parecer todo un libro representa su fe, su guía y su razón de ser y hasta de matar; representa la constante búsqueda por formar un reino, por participar en la historia, cosa que no hacen las creencias del lejano oriente, que en cambio trabajan en el ahimsa[2] en el permanecer inmóviles, no violentos, en una perfecta relación con el universo.
El Ahimsa es la oposición a la violencia, considerada la virtud más elevada en las escrituras hindúes.
[1] OSPINA, William. La cruz y la media luna. En: La herida en la piel de la diosa. Bogotá: Aguilar, 2003. p. 13-17.
[2] Ahimsa: Concepto en sánscrito que aboga por la no-violencia y el respeto a la vida. habitualmente se interpreta como símbolo de paz y respeto hacia los seres capaces de sentir.

Si la tradición histórica nos ha mostrado lo anterior en los católicos es de esperarse que los caleños en cierta forma sean también una raza de rasgos violentos e intolerantes

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